LA MADRE TIERRA Y LA CONSTRUCCION DE CATEGORIAS MARXIO-INDIGENISTAS

Henry Quispe P.
“En una situación colonial, lo que piensa, desea y expresa el indio oprimido jamás va coincidir con lo que piensa, desea y expresa el q’ara opresor” Ayar Quispe.
En contexto colonial, los pueblos colonizados no siempre pueden ser derrotados completamente, sino a pesar del colonialismo secular persiste como victorioso. A partir de ello, en el contemporáneo actual, nos hallamos con una resistencia auténtica india, por lo que hoy, cabe la necesidad de continuar desarrollando nuestros conocimientos y prácticas culturales, aunque no estrictamente en lo ancestral. No obstante, los q’aras no siempre se quedan con las manos traspuestos sino que más aun bostezan, interactúan y confirman el porqué, los hemos identificado como “pelados”, cuando a menudo se encuentran instrumentalizando nuestra potencialidad cultural india. Es decir, se construye conceptos desde una mirada colonial (ficción) y realizan simulacros marxio-indigenistas, ambas acciones nada favorables para los pueblos insurgentes. En  ese marco, hay quienes siendo indios apoyan ciertos simulacros y nociones ficticias tal es el caso de la Madre Tierra para confundir al pueblo indio. Pero también hay indios que repudian exageradamente ciertas prácticas de rasgos marxio-indigenistas, considerando como foráneas y coloniales. De ahí pues, hoy queremos dedicarnos a analizar ciertas consideraciones, respondiendo a las siguientes preguntas: ¿Cómo entienden los sectores blanco-mestizos a la Madre Tierra? ¿Cómo se impone los conceptos ficticios desde el gobierno del MAS? ¿Cuáles son las contradicciones internas del MAS, en la construcción del paradigma del Vivir Bien? ¿Cómo influyen los simulacros marxio-indigenistas en los pueblos autóctonos? Estos y otros puntos serán elementos que nos guiaran para entender el tema.
Frente a las posiciones de la toma del poder y la liberación india, los seudo-intelectuales blanco-mestizos se dieron la tarea de estudiar la psicología y la cultura del indio, en los ayllus y comunidades. Estos estudios del mundo indio, son investigaciones superficiales, puesto que en ellas no se zambullen de lleno en la vida del ayllu, ni con los del ayllu, mas al contrario, sus construcciones teóricas, son construcciones quiméricas desde una mirada colonial, aderezadas con barniz ecologista, ambientalista y pachamamista. A partir de ello estos rufianes pretenden posicionarse como intelectuales privilegiados con derecho y conocimiento (antropólogos, arqueólogos, sociólogos, filósofos, historiadores) para hablar sobre el mundo indio en sus grandes tratados y conferencias, que trascienden proposiciones falsas y erróneas sobre la vida y el pensamiento de los indios e indias del Tawantinsuyu. Estos falsarios darán lugar a la proliferación de discursos y de simulacros marxio-indigenistas, en el actual momento político boliviano.
Hoy por hoy, frente a las situaciones de cambio climático o el problema del calentamiento global, emergen discursos de carácter ecologista y/o ambientalista, donde los marxio-indigenistas de los países de Sud América como: Bolivia, Perú, Ecuador, Venezuela y otros, llegan a abordar temas de carácter cultural (valores de mixtificación cultural), concernientes a la Madre Tierra. Por ello hoy, vemos que los supuestos socialistas o marxistas se dan el gusto de hablar sobre los valores de mixtificación cultural como queriendo enseñar a los indios e indias, de cómo debemos vivir, cuando son ellos que aún no han aprendido a vivir con nuestra Pachatayka ancestral. “Cada vez que los indios proponen la lucha armada como única vía para salir de la opresión secular, los defensores del Estado q’ara, acuden siempre al discurso del pacifismo”.[1]
Las políticas ambientalistas y/o ecologistas de gobiernos de corte izquierdistas que hablan en nombre de los pueblos autóctonos, no pueden considerarse como políticas liberadoras de los pueblos indios, al contrario son políticas de aplacamiento de la lucha guerrera india, para que los blanco-mestizos continúen manteniendo la relación colonial: q’ara versus indio. Entonces, para los pueblos indios no será favorable dedicarse a simples prácticas culturales y a la preservación de la Madre Tierra.
En Bolivia, los círculos de difusión de conceptos ficticios —relacionados a la Madre Tierra— se imponen desde el gobierno central que luego repercute y se reproduce en los centros de educación regular y superior (Subsistema de Educación Regular y en las Escuelas Superiores de Formación de Maestros).
Con el nuevo modelo de educación, Ley Nº 070, es común escuchar a los maestros y maestras especialmente a los partidarios del MAS hablar de la preservación de la Madre Tierra, del Vivir Bien, que la Madre Tierra es nuestra “madre”,… Pero, cuando uno adolece de la realidad cognitiva y cultural india, se entretiene en simples cuentos MASistas. Uno se pregunta, ¿Qué es verdaderamente la Madre Tierra? Y normalmente los maestros y maestras responden con estas palabras: “La Madre Tierra es todo lo que vemos; la Madre Tierra es donde vivimos; la Madre Tierra es quien nos da vida” Cuando se dice que es todo lo visible, uno ve el sol, la luna, los vehículos, a seres humanos y otros. Entonces, aquí las respuestas son lóbregas y necias.
Los centros educativos a pesar de la educación en la familia son lugares donde uno se educa y construye su personalidad. En ese entendido, los maestros y maestras en tiempos del MASismo, se forman, se actualizan en ESFMs y en PROFOCOM. Y quienes mal orientan en ciertas instituciones son aquellos partidarios del MAS, que ignoran los conocimientos de pueblos autóctonos; solo repiten lo que les encomienda sus próceres desde el gobierno central[2]. En consecuencia, esta mala interpretación trasciende hacia los estudiantes y al conjunto de los actores educativos, que a lo futuro seria habitual hablar ficciones e incoherencias que generaría una sociedad de hipócritas.
En actual Estado Plurinacional de Bolivia, esta ignorancia se manifiesta desde el primer mandatario hasta el último militante del MAS. Se dice que “la Madre Tierra es el sistema viviente dinámico conformado por la comunidad indivisible de todos los sistemas de vida y los seres vivos, interrelacionados, interdependientes y complementarios, que comparten un destino común”.[3] Cuando menciona el sistema de vida, refiere a las “comunidades complejas y dinámicas de plantas, animales, micro organismos y otros seres y su entorno…”.[4] Desde la visión colonial del MASismo y su gobierno, los llamados seres bióticos y abióticos son considerados como Madre Tierra. Es decir los hidrocarburos, los minerales, los vegetales, los animales, el agua, son llamados como componentes de la Madre Tierra. Estas son las definiciones —de la Madre Tierra— afirmadas por la casta blanco-mestiza. No obstante, en una serie de entrevistas realizadas a los habitantes de la provincia Omasuyos expresaron contradictoriamente a las definiciones dadas desde la visión izquierdista colonial. Por ejemplo, Palma considera como elementos fundamentales de la Madre Tierra, —solamente— al agua y a la tierra, por eso decía: “Nayaxa jistua aka uraqiru, ukhamaraki aka umaru. Aka uraqixa jiwasjamawa, ukatwa waxt’asä churañaraki”.[5] En realidad en tiempos del aparente “proceso de cambio”, se sigue imponiendo los conceptos desde el gobierno central, que discrepan con las nociones y visiones de los pueblos autóctonos.
En el séptimo periodo de sesiones del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas, en ocasión de la presentación de los Diez Mandamientos para salvar al Planeta, a la Humanidad y a la Vida, Evo Morales expresaba con estas palabras: “Yo venía a expresar la forma de cómo recuperar la vivencia de nuestros pueblos llamado el Vivir Bien, nuestra visión sobre la Madre Tierra, porque para el movimiento indígena la tierra es nuestra vida, y no es posible que un modelo capitalista convierta en una mercancía a la Madre Tierra”.[6] Lo que supuestamente Evo Morales quiere es: recuperar la vivencia y la visión ancestral de pueblos autóctonos; rescatar la Madre Tierra del modelo capitalista, para que no sea un objeto de mercancía. Sin embargo, el discurso queda en una contradicción. Cuando se obedece a ideologías foráneas (marxismo, indigenismo) e incluso por confiar ciegamente, caerán siempre en contradicción y en discursos hipócritas nada buenos para nuestro pueblo.
De ahí pues, un colonizado antes de hablar y dirigir, debe mirar y pensar en cuatro dimensiones, para saber dónde está y en qué condición se encuentra, así sabremos cómo, cuándo y en qué ritmo debemos hablar y movernos para garantizar nuestra liberación y el restablecimiento del Tawantinsuyu actual. Porque un indio que ignora lo enunciado, solo llega a prestarse al juego colonial (marxista e indigenista), así como Evo Morales, David Choquehuanca, Eugenio Rojas y otros.
En palabras de Evo Morales la Madre Tierra es convertida en mercancía por el modelo capitalista por lo que supuestamente trata de rescatarlo y respetarlo como a una madre o ser humano. Sin embargo, si se dice que la Madre Tierra es una “madre”; ¿Por qué se negocia? ¿Por qué el agua, los hidrocarburos, los minerales, los vegetales y otros componentes de la Madre Tierra son objetos de mercancía? Porque sencillamente los conceptos formulados desde el cerebro blanco-mestizo son ininteligibles e inexistentes. Entonces los llamados socialistas, marxistas, indigenistas o de izquierda, solo adornan sus discursos para aparentar ser defensores de la Madre Tierra; cuando en realidad el MAS con su seudo socialismo comunitario continúan gobernando con el mismo sistema colonial capitalista. En cuanto a ello, tenía mucha razón nuestro hermano Felipe Quispe al decir “presidente catatónico”.[7]
Jugar a la apariencia con simulacros, son una de las características de los izquierdistas y del actual gobierno del MAS. Así por ejemplo, Álvaro García Linera en calidad de opresor recurre neciamente a un lugar sagrado (Tiwanacu) para celebrar su matrimonio. Asimismo, en fechas cívicas, en visitas a las comunidades, vemos que aparenta de poncho y ch’ullu cual si fuera un payaso del circo que ostenta llamar la atención. A este juego colonial y a las similares, denominamos como “simulacro marxio-indigenista”, donde los q’aras juegan en la apariencia para seducir a los indígenas imprudentes. Pues aquí es donde caen muchos ingenuos. Unos con esperanza caerán disfrazándose de indumentaria indígena practicando solamente el sincretismo cultural indigenista; mientras los otros objetaran exageradamente rechazando nuestra cultura ancestral.
Los marxio-indigenistas, serán quienes coadyuvan fielmente en la proliferación de simulacros indigenistas para que los blanco-mestizos lleguen a profanar, distorsionar y deslegitimar nuestra potencialidad cultural india. Practicar simulacros, es despistar nuestro horizonte histórico de liberación, minimizando a simples prácticas culturalistas. Pero, tampoco vamos a considerar con exageración como ajeno y desligado de nuestra realidad cotidiana.
En conclusión: Cuando los pueblos colonizados aspiren al poder, no faltaran que los blanco-mestizos distorsionen nuestro horizonte histórico de libración. Así como se apropian de terminologías indias, también se han apropiado de nuestros conocimientos y prácticas culturales dando una matiz izquierdista. Por eso pues, debemos entender que, un investigador que no es indio jamás comprende con propiedad las formas de vida y los signos culturales de un pueblo autóctono, sin sentir y ser parte de nuestro vivir cotidiano; es peor cuando estos son nuestros opresores, porque aquél que es q’ara, siempre querrá mantenernos bajo su dominio colonial. Asimismo, como indios e indias, no solamente podemos dedicarnos a las prácticas culturales, sino lo imprescindible es el poder y nuestra liberación total.
Bibliografía y fuente oral:

[1] QUISPE Ayar, (2011). Indianismo. Qullasuyu. Ed. Pachakuti. Pág. 55.
[2] Me refiero, obviamente a la mayoría, con excepción de la minoría.
[3] Ley Nº 070 de 21 de diciembre de 2010. Artículo 3.
[4] Idem. Artículo 4.
[5] PALMA Blanco, Bruno. Entrevistado el 9 de octubre de 2015.
[6] MORALES Ayma, Evo. (2006-2009). La Tierra no nos Pertenece, Nosotros Pertenecemos a Ella.
[7] EL TIROFIJO Nº 7. Achacachi-Tawantinsuyu.


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